Hasta 1995, los soldados del Batallón Escuela de Operaciones Especiales (BEOES) 23 IWIAS, casi habían pasado desapercibidos por los mandos militares peruanos.
Los guerreros shuaras, legendarios por sus guerras, pertenecen a una étnia que tiene lazos familiares con los Achuar, Huaoranis, más conocidos como “Aucas” y con los
temibles Tagaeris y Taromenane, que se aislaron de la civilización por la llegada de los españoles.
Esta comunidad, de más de 100.000 indígenas, se encuentran en las provincias de Morona, Napo, Pastaza y Zamora.
Desde 1981,bajo el mando militar del Crnl. Gonzalo Barragán, pasaron a convertirse en la fuerza indígena más letal que posee el Ejército Ecuatoriano.
Hasta la fecha se han graduado más de 18 promociones,las que llegarán a formar Brigadas de Operaciones Especiales, bajo el mando de la IV División de Selva”Amazonas”.
Pero, todo cambió desde el momento en que intervinieron en los combates contra las tropas peruanas, desde diciembre de 1994,hasta julio de 1995.
En las oportunidades que tuvieron de demostrar sus magníficas cualidades guerreras,en el sector de la "Y", Cueva de los Tayos, Base Sur, Coangos y junto a las riberas del Cenepa, dejaron una estela de soldados peruanos muertos y desaparecidos,entre los que se cuentan más de 1.000 bajas de las tropas sureñas.
Quienes más padecieron en los enfrentamientos mortíferos con los “Iwias”, fueron los comandos paracaidistas de la DIFE y del FOES, la élite del ejército y la marina peruana.
En las postrimerías de la guerra, los”Iwias” desbordaron los escalones de seguridad del destacamento peruano, provocando una escalada de pánico en el mando peruano, que no atinaba a resolver sus problemas logísticos y tácticos.
Esa es un poco de la trayectoria de los Iwias, los héroes del Cenepa y de la Partria.